En América Latina, los gobiernos enfrentan el reto de servir a poblaciones diversas y vulnerables, bajo marcos regulatorios estrictos y con recursos limitados. La pandemia de COVID-19 expuso la urgencia de modernizar los servicios públicos, especialmente en la entrega de asistencia social y programas de emergencia. Países como México han visto cómo la digitalización puede ser un catalizador para la inclusión, la eficiencia y la transparencia en la gestión pública.
La transformación digital en el sector público latinoamericano no es solo una cuestión de implementar nuevas plataformas tecnológicas. Es fundamental entender las realidades sociales, económicas y regulatorias de la región. En México, por ejemplo, la informalidad laboral, la brecha digital y la necesidad de cumplir con normativas de protección de datos (como la Ley Federal de Protección de Datos Personales) requieren soluciones flexibles, seguras y centradas en las personas.
La clave para una transformación exitosa es poner a los ciudadanos y empleados en el centro del proceso. Un enfoque liderado por la experiencia implica:
En México, la digitalización de programas de asistencia social —como subsidios de vivienda, apoyos alimentarios o transferencias directas— ha demostrado que la tecnología puede acelerar la entrega de ayuda, reducir la corrupción y mejorar la rendición de cuentas. Por ejemplo, la integración de plataformas como Salesforce permite centralizar solicitudes, automatizar flujos de trabajo y facilitar la colaboración entre dependencias y organizaciones sociales.
Durante la pandemia, la necesidad de distribuir apoyos de emergencia a miles de familias mexicanas puso a prueba la capacidad de respuesta del sector público. La implementación de soluciones digitales permitió:
La protección de datos personales y la seguridad de la información son esenciales. Las soluciones deben cumplir con la legislación local y garantizar la trazabilidad de cada interacción, especialmente en programas sensibles como la asistencia social.
La transformación digital, bien ejecutada, puede cerrar brechas históricas de acceso y equidad en México. Al adoptar un enfoque centrado en la experiencia y la colaboración interinstitucional, los gobiernos pueden responder mejor a las crisis, optimizar recursos y fortalecer la confianza ciudadana.
¿Listo para llevar la innovación al corazón de los servicios públicos mexicanos? La digitalización no es solo una tendencia: es la vía para construir un Estado más eficiente, transparente y humano, capaz de responder a los desafíos presentes y futuros de la sociedad mexicana.