La revolución de la inteligencia artificial generativa (IA generativa) está transformando la manera en que las empresas latinoamericanas abordan la innovación y la eficiencia operativa. Sin embargo, en la región, la adopción de esta tecnología enfrenta desafíos únicos derivados de la estructura organizacional, la regulación local y la cultura empresarial. Comprender y cerrar la brecha entre la visión estratégica del C-suite (alta dirección) y la innovación práctica del V-suite (vicepresidencias, directores y líderes operativos) es clave para desbloquear el verdadero potencial de la IA generativa en América Latina.
En muchas empresas latinoamericanas, el C-suite tiende a enfocarse en casos de uso visibles y orientados al cliente, como la experiencia del cliente, el servicio y las ventas. Esto responde a la presión por diferenciarse en mercados altamente competitivos y sensibles al precio, donde la lealtad del cliente es un activo estratégico. Sin embargo, el V-suite suele identificar oportunidades menos evidentes pero igual de valiosas en áreas como operaciones, recursos humanos y finanzas, donde la IA generativa puede automatizar procesos, mejorar la toma de decisiones y optimizar recursos.
Esta diferencia de enfoque puede generar tensiones internas y ralentizar la adopción de la IA generativa. Por ejemplo, mientras la alta dirección se preocupa por los riesgos regulatorios y éticos—especialmente relevantes en países con marcos regulatorios en evolución—los líderes operativos suelen estar más dispuestos a experimentar y asumir riesgos calculados para obtener ventajas competitivas.
En América Latina, la innovación impulsada desde el V-suite y los equipos operativos es una fuente poderosa de valor. Los empleados están utilizando herramientas como ChatGPT y asistentes de IA en su trabajo diario, desde la generación de contenido hasta la automatización de reportes y la atención al cliente. Sin embargo, esta experimentación descentralizada puede dar lugar a riesgos de "shadow IT", donde se implementan soluciones sin la supervisión adecuada de TI, exponiendo a la organización a riesgos de seguridad, cumplimiento y reputación.
Además, la duplicación de esfuerzos es común: diferentes equipos pueden estar resolviendo los mismos problemas de manera aislada, lo que reduce la eficiencia y dificulta la escalabilidad de las soluciones exitosas. En un entorno donde los recursos son limitados y la presión por demostrar retorno de inversión es alta, esto puede ser especialmente problemático.
Para que las empresas latinoamericanas aprovechen al máximo la IA generativa, es fundamental adoptar un enfoque de portafolio que equilibre proyectos emblemáticos liderados por el C-suite con iniciativas experimentales impulsadas por el V-suite. Algunas recomendaciones clave incluyen:
La regulación de la IA en América Latina está en evolución, con países como México, Colombia y Brasil avanzando en marcos legales para proteger la privacidad y promover la transparencia. Las empresas deben anticipar estos cambios y adoptar prácticas de ética y gobernanza que vayan más allá del cumplimiento mínimo, construyendo confianza con clientes, empleados y reguladores.
Culturalmente, la apertura a la innovación y la colaboración transversal son fortalezas de muchas organizaciones latinoamericanas. Aprovechar estas características puede acelerar la adopción de la IA generativa y diferenciar a las empresas en mercados globales.
La IA generativa no es solo una tendencia tecnológica, sino una oportunidad estratégica para reinventar modelos de negocio, mejorar la eficiencia y crear experiencias personalizadas para clientes y empleados. En América Latina, el éxito dependerá de la capacidad de las empresas para cerrar la brecha entre la visión del C-suite y la energía innovadora del V-suite, gestionando riesgos y maximizando el valor en un entorno dinámico y regulado.
En Publicis Sapient, acompañamos a las organizaciones latinoamericanas en este viaje, combinando estrategia, tecnología y gestión del cambio para lograr una transformación digital sostenible y centrada en las personas. La clave está en innovar desde abajo, con visión de futuro y responsabilidad.