En América Latina, los sistemas de pensiones y ahorro para el retiro enfrentan retos únicos derivados de la diversidad económica, la informalidad laboral y la brecha digital. Si bien la digitalización de los servicios financieros avanza rápidamente, la experiencia de los usuarios—especialmente en lo que respecta a la accesibilidad y la inclusión—sigue siendo desigual. Para los ejecutivos de la región, la oportunidad de liderar en este ámbito es clara: eliminar barreras digitales no solo fortalece la relación con los afiliados, sino que también amplía el alcance hacia comunidades tradicionalmente desatendidas.
En países como México, Colombia y Chile, la penetración de internet y el uso de dispositivos móviles han crecido de manera significativa. Sin embargo, la brecha digital persiste, especialmente en zonas rurales y entre adultos mayores o personas con discapacidad. Muchos portales de fondos de pensiones y aseguradoras aún no cumplen con estándares internacionales de accesibilidad web, lo que limita la capacidad de millones de personas para informarse, gestionar sus ahorros o acceder a servicios de asesoría financiera.
Estudios recientes muestran que una proporción considerable de los afiliados no interactúa activamente con su fondo de pensiones ni conoce el saldo de su cuenta. Además, la información suele presentarse en un lenguaje técnico o poco claro, lo que dificulta la toma de decisiones informadas. Esta desconexión se agrava para quienes enfrentan barreras físicas, cognitivas o tecnológicas.
Las principales barreras a la inclusión digital en la región incluyen:
No obstante, la digitalización también abre oportunidades:
Para cerrar la brecha de inclusión digital, los fondos de pensiones y aseguradoras deben adoptar una estrategia integral que contemple:
La mejora en la accesibilidad digital no solo es una obligación ética y regulatoria, sino que también genera resultados tangibles: mayor tráfico orgánico, incremento en la satisfacción y reducción de la apatía de los afiliados. En América Latina, donde la competencia por captar y retener afiliados se intensifica, la diferenciación a través de experiencias digitales inclusivas puede ser el factor decisivo para el crecimiento sostenible.
Los fondos de pensiones y aseguradoras que prioricen la accesibilidad y la inclusión digital estarán mejor posicionados para responder a las expectativas de una población cada vez más diversa y exigente. La transformación digital debe ser vista como una oportunidad para democratizar el acceso a la seguridad financiera, reducir desigualdades y construir relaciones de largo plazo con los afiliados.
El futuro de los servicios financieros en América Latina es inclusivo y digital. Actuar hoy es clave para garantizar que nadie quede atrás en el camino hacia el bienestar financiero.