El rol transformador de las utilities en la adopción de vehículos eléctricos en América Latina

La movilidad eléctrica está emergiendo como un pilar fundamental en la transición energética de América Latina. Si bien la experiencia europea ofrece valiosas lecciones, la realidad latinoamericana presenta desafíos y oportunidades únicas que requieren estrategias adaptadas a la región. En este contexto, las empresas de servicios públicos (utilities) están llamadas a desempeñar un papel central, no solo como proveedores de energía, sino como arquitectos de un ecosistema de movilidad eléctrica inclusivo, eficiente y centrado en el usuario.

Desafíos y oportunidades en el contexto latinoamericano

A diferencia de Europa, donde la infraestructura de recarga y los incentivos regulatorios han avanzado de manera significativa, América Latina enfrenta retos particulares:

El nuevo rol de las utilities: de proveedor a socio estratégico

Las utilities latinoamericanas tienen la oportunidad de liderar la transformación de la movilidad eléctrica a través de varias palancas:

1. Despliegue y gestión de infraestructura de recarga

Invertir en redes de recarga públicas y privadas, en colaboración con gobiernos locales, fabricantes y operadores privados, es esencial para democratizar el acceso a la movilidad eléctrica. Modelos innovadores como la recarga peer-to-peer (P2P), donde particulares y empresas comparten sus puntos de recarga, pueden acelerar la cobertura y reducir la necesidad de grandes inversiones iniciales.

2. Digitalización y experiencia del usuario

El desarrollo de plataformas digitales que centralicen la información sobre puntos de recarga, elegibilidad a incentivos, simuladores de TCO y gestión de la recarga es clave para simplificar el recorrido del cliente. Aplicaciones móviles que permitan planificar rutas, monitorear el estado de la batería y acceder a comunidades de usuarios fomentan la confianza y el sentido de pertenencia.

3. Personalización y uso inteligente de los datos

Cada sesión de recarga genera datos valiosos sobre hábitos de consumo y preferencias. Las utilities pueden aprovechar esta información para anticipar la demanda, ofrecer recomendaciones personalizadas (como recarga en horarios de menor costo o integración con energía solar) y desarrollar nuevos servicios, siempre respetando la privacidad y la regulación local.

4. Nuevos modelos de negocio y alianzas

La movilidad eléctrica abre la puerta a ofertas integradas: paquetes que combinan vehículo, recarga, energía renovable y mantenimiento, o tarifas de roaming que permiten acceder a múltiples redes de recarga con una sola suscripción. Las alianzas con fabricantes, aseguradoras, comercios y operadores de movilidad compartida pueden crear ecosistemas robustos y atractivos para el usuario final.

5. Educación y acompañamiento

El desconocimiento y la desconfianza son barreras importantes. Las utilities pueden posicionarse como asesores de confianza, ofreciendo información clara sobre incentivos, beneficios ambientales y económicos, y facilitando pruebas de manejo o programas piloto para flotas empresariales.

Claves para acelerar la adopción en América Latina

Conclusión

La transición hacia la movilidad eléctrica en América Latina es una oportunidad histórica para que las utilities redefinan su rol y lideren la transformación energética. Invirtiendo en infraestructura, digitalización, datos y experiencia del usuario, pueden acelerar la adopción de vehículos eléctricos y contribuir a un futuro más sostenible, competitivo e inclusivo para la región. El momento de actuar es ahora: quienes lideren este cambio serán los protagonistas de la movilidad del mañana en América Latina.