En el dinámico entorno del retail latinoamericano, la integración entre lo digital y lo físico se ha convertido en un imperativo estratégico. Mientras los consumidores de la región adoptan cada vez más el comercio electrónico, la tienda física sigue siendo un pilar fundamental de la experiencia de compra. Analizar el caso de los países nórdicos, especialmente Suecia y Dinamarca, ofrece valiosas lecciones para los ejecutivos latinoamericanos que buscan liderar la transformación omnicanal y responder a las expectativas de consumidores cada vez más sofisticados.
En los países nórdicos, los consumidores destacan por su madurez digital y, al mismo tiempo, por su fuerte apego a la experiencia en tienda. En Suecia, el 75% de los consumidores afirma disfrutar de las compras presenciales, y el 96% prefiere adquirir al menos algunos productos en tienda física. Este fenómeno no es casualidad: es el resultado de una cultura que valora la preparación digital antes de la visita y la eficiencia en el punto de venta.
Más de la mitad de los suecos revisa siempre u ocasionalmente el inventario online antes de acudir a la tienda, buscando evitar frustraciones por falta de stock y optimizar su tiempo. Esta tendencia se observa también en Dinamarca y puede ser replicada en mercados latinoamericanos como México, donde la digitalización avanza rápidamente pero aún existen brechas en la integración de inventarios y canales.
Los retailers nórdicos han invertido en herramientas digitales que facilitan la transición entre el mundo online y el físico. Algunas innovaciones relevantes para el contexto latinoamericano incluyen:
Un rasgo distintivo del consumidor nórdico es su preferencia por mantener rutinas de compra estables. Más de la mitad no planea cambiar su balance entre compras online y offline, reflejando satisfacción con el ecosistema actual. En América Latina, donde la pandemia aceleró la digitalización pero la tienda física sigue siendo relevante, los retailers deben enfocarse en optimizar la experiencia existente antes que en forzar cambios disruptivos.
Si bien la preferencia por la tienda física es transversal, existen matices generacionales. Los mayores de 55 años en Suecia son especialmente leales a la tienda para categorías como moda y lujo, mientras que los menores de 35 muestran mayor interés por eventos, pop-ups y experiencias interactivas. En Latinoamérica, segmentar la experiencia por generación y adaptar la propuesta de valor puede marcar la diferencia en la captación y fidelización de clientes.
La experiencia nórdica demuestra que la clave del éxito no está en elegir entre lo digital y lo físico, sino en armonizar ambos mundos según las expectativas y hábitos locales. Para los ejecutivos latinoamericanos, adoptar una visión omnicanal centrada en el cliente, apoyada en tecnología y sensibilidad cultural, es el camino para construir marcas resilientes y relevantes en el nuevo entorno del retail.