La Generación Z, nacida entre mediados de los años 90 y principios de la década de 2010, está redefiniendo el panorama bancario en América Latina. Con su dominio digital, expectativas de personalización y fuerte orientación hacia el impacto social y ambiental, Gen Z representa tanto un desafío como una oportunidad para las instituciones financieras de la región. Para los ejecutivos bancarios latinoamericanos, entender y adaptarse a las particularidades de esta generación es clave para asegurar la relevancia y el crecimiento sostenible en un mercado cada vez más competitivo.
Aunque comparten rasgos universales con sus pares globales—como la preferencia por experiencias digitales intuitivas, la demanda de personalización y la preocupación por la sostenibilidad—, la Gen Z en América Latina se enfrenta a realidades económicas, regulatorias y culturales únicas:
La Gen Z espera experiencias bancarias móviles, rápidas y sin fricciones. Sin embargo, muchos bancos tradicionales aún dependen de procesos presenciales y sistemas heredados. La oportunidad está en modernizar plataformas, integrar chatbots, notificaciones en tiempo real y ofrecer onboarding 100% digital.
Esta generación valora la personalización basada en datos y la educación financiera accesible. Los bancos pueden diferenciarse ofreciendo herramientas de gestión financiera personal, contenidos educativos en formatos breves (videos, infografías) y asesoría personalizada, especialmente relevante en contextos de informalidad laboral y múltiples fuentes de ingreso.
Gen Z exige acciones concretas en temas de ESG (ambiental, social y gobernanza). Los bancos que financian proyectos sostenibles, promueven la inclusión financiera y reportan de manera transparente sus avances en diversidad e impacto social, ganan preferencia entre los jóvenes. Programas de inversión de impacto, préstamos verdes y fondos comunitarios son ejemplos de productos alineados con estas expectativas.
La adopción de BNPL, criptoactivos y tokenización está en aumento. Sin embargo, la regulación en la región es diversa y en evolución. Los bancos deben innovar, pero también garantizar la seguridad y el cumplimiento normativo, colaborando con fintechs y adaptando productos a las realidades locales.
Gen Z pasa gran parte de su tiempo en redes como TikTok, Instagram y YouTube, donde busca información financiera y recomendaciones. Sin embargo, la mayoría de los bancos latinoamericanos aún no aprovechan plenamente estos canales para educar, interactuar y construir confianza. La clave está en crear contenido auténtico, breve y relevante, y en fomentar la participación de influencers y voces jóvenes.
La Gen Z no es solo otro segmento: es el futuro de la banca en América Latina. Las instituciones que comprendan sus valores, digitalicen sus operaciones y se comprometan genuinamente con el impacto social y ambiental estarán mejor posicionadas para ganar su lealtad y liderar la transformación del sector. La oportunidad está en combinar la perspectiva global con la adaptación local, creando experiencias bancarias digitales, personalizadas y con propósito.
En Publicis Sapient, acompañamos a las instituciones financieras de la región en este viaje, ayudándolas a cerrar la brecha generacional y a construir la próxima generación de experiencias bancarias para la Gen Z y más allá.