La industria automotriz en América Latina está experimentando una transformación sin precedentes. Los vehículos conectados, equipados con sensores, telemática y software avanzado, están generando flujos de datos que abren oportunidades para fabricantes, concesionarios y socios de múltiples sectores. Sin embargo, el verdadero valor de estos datos no reside solo en la tecnología, sino en la capacidad de crear ecosistemas colaborativos y modelos de negocio adaptados a las realidades económicas, regulatorias y culturales de la región.
En América Latina, la monetización de los datos de autos conectados va mucho más allá de los servicios de suscripción tradicionales. Los fabricantes de equipos originales (OEMs) están reconociendo que el valor de los datos se multiplica cuando se comparten y aprovechan en colaboración con aseguradoras, financieras, utilities, empresas de posventa y operadores de movilidad. Esta visión de ecosistema es clave para responder a las demandas de consumidores que buscan flexibilidad, transparencia y valor tangible a cambio de compartir su información.
El seguro basado en uso (UBI) es uno de los casos de uso más prometedores en la región. Analizando datos de conducción en tiempo real, las aseguradoras pueden ofrecer primas personalizadas que premian la conducción segura y se ajustan al riesgo real. En mercados como México y Colombia, donde la penetración del seguro automotriz aún es baja, el UBI puede ser un catalizador para la inclusión financiera y la formalización del sector. Las alianzas entre OEMs y aseguradoras permiten ofrecer estos productos directamente desde el vehículo o aplicaciones móviles, facilitando la adopción y generando nuevas fuentes de ingresos.
La posventa automotriz en América Latina enfrenta retos de informalidad y fragmentación. Los datos de sensores permiten anticipar necesidades de mantenimiento, programar servicios antes de que ocurran fallas y dirigir a los clientes a talleres autorizados. Esto no solo mejora la seguridad y satisfacción del cliente, sino que también impulsa el tráfico a concesionarios y talleres oficiales, fortaleciendo la relación a largo plazo y generando ingresos recurrentes. Los marketplaces de servicios en el vehículo pueden recomendar servicios, promociones o actualizaciones de software según el contexto de uso y las preferencias del conductor.
El avance de los vehículos eléctricos (EV) en la región, aunque incipiente, está impulsando nuevas alianzas entre OEMs, utilities y redes de carga. Los datos conectados permiten optimizar horarios de carga, habilitar precios dinámicos y facilitar soluciones de carga entre pares, especialmente relevantes en países con infraestructura limitada. La colaboración con utilities permite ofrecer paquetes integrados de energía y movilidad, así como programas de fidelización y recompensas para los usuarios de EV.
Algunos OEMs están explorando la creación de marketplaces de datos, licenciando información anonimizada y agregada a terceros como planificadores urbanos, operadores de flotas o instituciones de investigación. Si bien este modelo enfrenta desafíos de estandarización y privacidad, representa una vía para monetizar datos a escala y contribuir a objetivos sociales como la optimización del tráfico y la planificación urbana sostenible.
La monetización de datos en la región requiere abordar retos específicos:
El futuro de la movilidad conectada en América Latina será definido por quienes actúen ahora: invirtiendo en telemática, forjando alianzas estratégicas y priorizando la gobernanza de datos y la experiencia del cliente. Los OEMs que adopten una estrategia centrada en el cliente, inviertan en modernización de datos y fomenten la colaboración en el ecosistema estarán mejor posicionados para desbloquear nuevas fuentes de ingresos, aumentar la lealtad y liderar la próxima era de la movilidad en la región.
La oportunidad es inmensa, pero requiere visión, agilidad y un profundo entendimiento de las particularidades latinoamericanas. El momento de innovar y construir el futuro de la movilidad conectada es ahora.