En América Latina, la modernización del core bancario se ha convertido en una prioridad estratégica para bancos medianos y desafiantes que buscan competir en un entorno digital cada vez más exigente. La presión por innovar, cumplir con regulaciones cambiantes y responder a las expectativas de clientes hiperconectados es intensa, especialmente en mercados donde los recursos son limitados y la competencia de fintechs y grandes bancos globales es feroz.
A diferencia de los grandes bancos, las instituciones medianas y desafiantes en la región deben equilibrar la agilidad y la innovación con la eficiencia de costos y la gestión de riesgos. Los sistemas heredados, costosos de mantener y difíciles de adaptar, limitan la capacidad de lanzar nuevos productos, cumplir con normativas como ISO 20022 y ofrecer experiencias digitales personalizadas. Además, la fragmentación regulatoria en países como México, Colombia y Argentina exige soluciones flexibles y adaptables.
La buena noticia es que la modernización del core bancario, basada en arquitecturas cloud-native y composables, permite a estos bancos superar las restricciones tradicionales. Plataformas como Thought Machine y Mambu, con enfoque API-first, ofrecen la posibilidad de ensamblar componentes a la medida, lanzar productos digitales en meses y escalar de forma segura y conforme a la regulación local. Esto reduce la inversión inicial y libera recursos para enfocarse en la experiencia del cliente y el crecimiento.
En la región, bancos que han adoptado estas estrategias han logrado lanzar plataformas digitales en tan solo 12 semanas, unificar la experiencia del cliente y reducir los tiempos de onboarding y procesamiento de pagos hasta en un 90%. La integración de plataformas SaaS y la colaboración con fintechs han permitido escalar productos y servicios rápidamente, incluso en entornos regulatorios complejos.
La modernización del core no es una opción, sino una necesidad para sobrevivir y crecer en el ecosistema financiero latinoamericano. Los bancos que adopten arquitecturas modulares, enfoques ágiles y colaboraciones estratégicas estarán mejor posicionados para responder a la competencia, cumplir con la regulación y ofrecer experiencias digitales que fidelicen a sus clientes.
La oportunidad está al alcance: transformar el core bancario es el primer paso para construir el banco del futuro en América Latina.