En el contexto latinoamericano, las marcas de bienes de consumo y productos empaquetados (CPG) enfrentan una transformación sin precedentes: el paso del modelo mayorista tradicional a la relación directa con el consumidor (D2C). Este cambio no solo responde a la digitalización acelerada y la desaparición de las cookies de terceros, sino también a la necesidad de construir relaciones más profundas, personalizadas y rentables con los clientes. En el centro de esta evolución se encuentra la Plataforma de Datos de Clientes (CDP), una tecnología clave para unificar datos, romper silos y habilitar experiencias diferenciadas en un entorno regulatorio y competitivo cada vez más exigente.
Durante décadas, las marcas latinoamericanas dependieron de distribuidores y minoristas para llegar al consumidor final. Si bien este modelo ofrecía escala, también generaba distancia: las marcas carecían de acceso directo a los datos del cliente, limitando su capacidad para entender preferencias, personalizar experiencias y construir lealtad. Hoy, la presión por diferenciarse, la maduración del comercio electrónico y la sofisticación del consumidor latinoamericano hacen imprescindible el control de la relación y los datos de primera mano.
La transición a D2C implica:
Una CDP va mucho más allá de ser una herramienta de marketing. Es el sistema nervioso central de la inteligencia y activación del cliente. Al integrar datos de todos los puntos de contacto—e-commerce, retail, social, móvil, call centers e incluso IoT—la CDP crea una visión unificada y persistente de cada consumidor. Esto permite:
En América Latina, la implementación de CDPs ha permitido a grandes cadenas minoristas y marcas de consumo:
La fragmentación de datos, la diversidad de sistemas legados y la complejidad regulatoria son retos comunes en la región. Es fundamental contar con marcos de gobernanza de datos robustos, equipos multidisciplinarios y aliados tecnológicos con experiencia local. Además, la adaptación a normativas como la LGPD en Brasil o la Ley de Protección de Datos Personales en Argentina requiere estrategias de privacidad y consentimiento desde el diseño.
Las marcas latinoamericanas que adopten una estrategia D2C apoyada en CDP no solo lograrán personalizar la experiencia del cliente, sino que también podrán monetizar sus datos de manera ética y segura, abriendo nuevas fuentes de ingresos y alianzas estratégicas. La clave está en construir confianza, ofrecer valor real al consumidor y mantener la agilidad para responder a cambios regulatorios y de mercado.
La ruta del mayorista al D2C en América Latina es clara: unifica tus datos, apropia la relación con el cliente y entrega las experiencias que el consumidor moderno espera. Con la estrategia de CDP adecuada y un socio con conocimiento regional, tu empresa puede convertirse en un referente de innovación, lealtad y crecimiento sostenible en la nueva economía digital.
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