En América Latina, la estabilidad habitacional y el acceso a servicios básicos son desafíos persistentes, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia de COVID-19 o desastres naturales. La amenaza de desalojo o el corte de servicios públicos puede transformar una situación difícil en una emergencia total, poniendo en riesgo a miles de familias. Para los gobiernos y organizaciones sociales de la región, la capacidad de entregar asistencia de emergencia de manera rápida, equitativa y a gran escala no es solo una cuestión de política pública: es una cuestión de esperanza y resiliencia social.
La pandemia expuso las vulnerabilidades de los sistemas tradicionales de distribución de ayuda en países como México, donde la informalidad laboral y la falta de acceso a servicios digitales son comunes. Los sistemas basados en formularios en papel, revisiones manuales y datos fragmentados no pudieron responder al aumento exponencial de solicitudes de asistencia. Los centros de atención telefónica se saturaron, los retrasos en la aprobación de ayudas crecieron y muchas familias en situación crítica enfrentaron demoras que podían significar la diferencia entre mantener su hogar o perderlo.
La transformación digital, a través de plataformas en la nube como Salesforce, ha permitido a gobiernos y ONGs latinoamericanas reinventar la entrega de asistencia de emergencia. Estas soluciones permiten:
En México, donde la brecha digital y la informalidad laboral son retos diarios, la implementación de plataformas digitales ha transformado la entrega de ayuda. Por ejemplo, durante la pandemia, la digitalización permitió distribuir millones de pesos en asistencia para renta y servicios, manteniendo a miles de familias en sus hogares y evitando crisis mayores. El proceso, antes lento y burocrático, se volvió ágil y transparente, con aplicaciones accesibles desde celulares y soporte omnicanal para quienes no dominan la tecnología.
La clave del éxito en América Latina radica en la equidad y la accesibilidad. Las soluciones digitales deben ser inclusivas, con interfaces sencillas, lenguaje claro y compatibilidad con tecnologías de asistencia. El soporte omnicanal —en línea, móvil y telefónico— es esencial para llegar a comunidades rurales o personas mayores. Además, la seguridad de los datos y la transparencia en el proceso fortalecen la confianza ciudadana.
La digitalización de la asistencia de emergencia no solo responde a crisis, sino que fortalece la resiliencia comunitaria y la eficiencia operativa:
La transformación digital en la entrega de ayuda social es una oportunidad para construir sistemas más justos, dignos y resilientes. Al poner la empatía, la accesibilidad y la colaboración en el centro, los gobiernos y organizaciones pueden cerrar brechas históricas y garantizar que ninguna familia quede atrás, sin importar su ubicación o nivel socioeconómico.
¿Está listo para reimaginar el impacto de su organización? Trabajemos juntos para construir soluciones digitales que cambien vidas, fortalezcan comunidades y establezcan nuevos estándares de servicio público en América Latina.