En América Latina, la transformación digital en la agroindustria ya no es una visión lejana: es una necesidad urgente. Sin embargo, para los agricultores de la región, la promesa de la innovación digital suele verse opacada por los riesgos y complejidades asociados a la adopción de nuevas tecnologías, especialmente aquellas que afectan los pilares fundamentales de la producción: tierra, semilla, agua y mano de obra. Para lograr una adopción significativa y generar valor real, las empresas agroindustriales deben cambiar el enfoque: de herramientas de producción dentro de la finca a soluciones digitales centradas en el agricultor que minimicen el riesgo, optimicen la gestión del negocio y devuelvan tiempo a los productores.
Los agricultores latinoamericanos operan en un entorno marcado por la volatilidad: mercados impredecibles, condiciones climáticas extremas y costos crecientes de insumos. Cada nueva tecnología o proceso que impacta directamente la producción implica un cálculo de riesgo-recompensa. Por ello, las soluciones digitales que se enfocan en la gestión del negocio, la administración y los pagos—áreas fuera del núcleo productivo—tienen tasas de adopción mucho más altas y generan mayor satisfacción entre los agricultores.
Por ejemplo, mientras tecnologías avanzadas de producción como la aplicación variable de insumos tienen tasas de adopción globales inferiores al 20%, herramientas que automatizan la gestión administrativa, digitalizan pagos o proveen información útil para la toma de decisiones son adoptadas con mayor facilidad. Estas soluciones no exigen a los agricultores arriesgar sus cosechas; en cambio, ayudan a reducir la carga administrativa, mejorar el flujo de caja y tomar mejores decisiones, entregando valor tangible con mínima disrupción.
El tiempo es uno de los recursos más valiosos para cualquier agricultor latinoamericano. Con jornadas extensas y múltiples tareas simultáneas, cualquier herramienta que simplifique operaciones o reduzca el trabajo manual es altamente apreciada. Las soluciones digitales centradas en el agricultor deben diseñarse con este principio, priorizando experiencias integradas y sin fricciones que se adapten a la realidad diaria del productor.
Para maximizar la adopción y el impacto, las empresas agroindustriales deben adoptar prácticas basadas en la empatía, la colaboración y la mejora continua:
Consideremos el caso de una plataforma digital de subastas ganaderas. Inicialmente, la empresa obtenía información valiosa sobre la calidad del ganado, pero estos datos no se compartían con los productores. Al rediseñar la plataforma para brindar acceso a estos datos, los ganaderos pudieron optimizar sus prácticas y mejorar el valor de su producción, mientras la empresa fortalecía la relación y la adopción de la solución.
El futuro de la agricultura digital en América Latina pertenece a quienes ponen al agricultor en el centro de cada decisión. Al enfocarse en soluciones fuera de la finca que minimicen el riesgo y maximicen el valor, las empresas agroindustriales pueden impulsar la adopción, construir lealtad y desbloquear nuevas fuentes de crecimiento. El reto requiere empatía, agilidad y un compromiso constante con la resolución de problemas reales, no solo con la implementación de tecnología por sí misma.
¿Listo para acelerar la transformación digital de tu agroindustria? Descubre cómo las soluciones digitales centradas en el agricultor pueden impulsar la adopción y el valor más allá de la puerta de la finca en América Latina.